Un brindis
por todos los honestos consigo mismos
que no se esconden detrás de un chivo expiatorio,
por quienes no cabalgan a lomos de excusas,
por quienes evitan las gafas del color de sus ojos.
Un brindis
por los que se recuerdan a sí mismos como
son
pero pueden reinventarse en lo que nunca
fueron,
por quienes son coherentes en conciencia
pero capaces de traicionar su propia estupidez.
Un brindis
por los que están en el aquí y el ahora,
por los que no rehúyen el futuro imperfecto,
por los que miran cuando miran,
por los que aman más allá de sí mismos,
por los que se empeñan en vivir
sin reducir la vida a un manual de instrucciones.
Para los que miran al abismo pese al
miedo:
pido un brindis, damas y caballeros,