martes, 1 de febrero de 2022

Sueño de una mañana.

 Cuando abrí los ojos

sabía que era un sueño

porque te vi de espaldas

en el otro lado de la cama.

¡Y todo parecía tan real!

No hacía frío,

nos acariciaba la mañana,

y yo me sentía bien.

Muy bien.

 

Pero sabía que era un sueño

porque tú estabas allí,

verdadera,

recostada a mi lado,

con tu espalda desnuda

y la piel llena de la mañana.

¡Y cómo resbalaba mi mirada

desde tu cuello hasta tu cintura!

Estabas tan bonita,

tan sutil,

tan desnuda,

tan real,

que no quise tocarte

para no hacerte arrugas

ni con mi propia sombra...

 

Te volviste hacia mí.

Y yo sabía que era un sueño,

porque nos mirábamos muy cerca…

Pero qué manera de querernos,

tan cierta,

tan clara,

tan nuestra,

tan poco extraña.

No hay comentarios: