El asistente de
mi móvil
es de última
generación,
conoce mis
secretos y manías,
la contraseña de mi vida
interior,
mis achaques de
cada día,
y mi sentido de
mal humor;
El asistente de
mi móvil
tiene todas las respuestas;
el teléfono de
aquella amiga,
el año que falleció
Napoleón,
la cita a ciegas
con mi oculista
dónde comprar
paracetamol;
El asistente de
mi móvil
toma todas mis
decisiones;
que a la oficina
por la autopista,
que compre un
nuevo televisor,
que a las siete,
mi dentista,
que tome
cocacola con ron;
Y me dice con su
suave voz:
que mi cuenta está vacía,
que alguien viaja a Nueva York,
que le hace falta batería,
que un minuto para las dos;
que mi equipo no ha ganado,
que el sexo, con precaución,
que Ana me ha bloqueado,
que llego tarde a la estación;
que la conciencia no se estila,
que la felicidad es un emoticón,
que la gente, una fotografía,
que deseo cambiar de pantalón;
que el mundo acaba cada día,
que Coelho siempre tiene razón,
que le deje lo de la ortografía,
que en Twitter molo mogollón;
que para el alma use vitaminas,
que aforismos para el corazón,
que ya nadie escribe poesía,
que tiktok es mi nueva religión;
y que le preste mucha, mucha,
pero que mucha atención;
y que le preste toda, toda,
pero que toda mi atención.
Al llegar a casa
al medio día,
he encontrado
sobre el colchón
a mi fiel
asistente con María,
mi mujer, dándose un
revolcón…
¡y yo comprando en el Plaza Día
a mi móvil un nuevo
cargador!;
Con afectada voz
de alevosía
y embargada por
la emoción
alegó que su enorme
sabiduría
fue lo que de él la enamoró,
y que le provoca
una epifanía
cuando entra en
modo vibración.
El asistente de
mi móvil
es de última
generación,
conoce mis
secretos y manías,
y la contraseña de mi vida
interior.
Siempre juntos
en el día a día:
viviendo conmigo
como si fuera yo.
El asistente de mi móvil - CC by 4.0 - Carlos Martín-Artajo Gaspar
1 comentario:
La verdad es que, más que un poema, me ha salido una canción.
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